Opinión
La zona restringida de bajas emisiones de Barcelona arranca sin reforzar el transporte público.
En otros países europeos, como Alemania, diferentes fallos jurídicos prohibieron a municipios como Stuttgart aplicar medidas similares sin poner antes a disposición de los conductores afectados un transporte público alternativo capaz de minimizar el impacto, incluyendo aparcamientos disuasorios y líneas lanzaderas de bajo coste o gratuitas para acceder al centro.
En España seguimos haciendo primero la chapuza para ver si otro lo arregla después.
No ponemos en duda la necesidad de regular el tráfico en los grandes centros urbanos. Lo que sí nos parece imperdonable es que estas medidas no vayan acompañadas de significativas mejoras en el transporte público, especialmente en su integración regional para reducir el número de desplazamientos no solo en el centro sino en general.
Discrimina a los colectivos sociales más vulnerables que no pueden permitirse cambiar de coche. Esto no es movilidad sostenible ni accesible.
Más información:
https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20200102/472668190392/arrancan-restricciones-vehiculos-contaminantes-zona-bajas-emisiones-barcelona.html?facet=amp
elpais.com/ccaa/2020/01/01/catalunya/1577908061_182324.html